segunda-feira, 26 de agosto de 2019



Após alguns anos fora, voltamos. Segue convite para evento que ocorrerá em 12 de setembro de 2019, das 19 às 22 h, na Unir Centro.

quarta-feira, 26 de outubro de 2011

Cheney y Pinochet unidos por la eternidad

El exvicepresidente de EE UU teme que lo juzguen en el extranjero por crímenes contra la humanidad


Dick Cheney tiene miedo de que lo vayan a pinochetear.

No es invento mío, ni la noticia ni tampoco el vocablo tan extraño, aún más peregrino en inglés que en castellano. Al que se le ocurrió retorcer el nombre del exdictador chileno para convertirlo en verbo soez, fue nada menos que el coronel Lawrence Wilkerson, quien ejerciera de jefe de gabinete de Colin Powell, y utilizó esa palabra para sugerir que Cheney teme que, como Pinochet, lo pueden someter a un juicio en el extranjero por crímenes contra la humanidad.

En efecto, desde que Pinochet fue detenido en Londres en 1988, pasando el siguiente año y medio luchando contra su extradición a España para ser juzgado como responsable de torturas durante su régimen, desde que la Cámara de los Lores determinó que era válido procesar a un jefe de Estado por violaciones de derechos humanos en un país diferente de aquel donde los abusos habían sido cometidos, el espectro de esa decisión y aquel destino ha rondado a gobernantes y exmandatarios del mundo entero.

Lo que aterroriza al vicepresidente de Bush (y debería aterrorizar al mismo Bush también) es que cierta mañana, al encontrarse sorbiendo un café au lait en París o paseándose por el Támesis o examinando el Guernica de Picasso en el Museo Reina Sofía de Madrid (¿reconocerá la devastación de Irak en aquel cuadro?), de pronto, sienta que alguien le toca el hombro y lo invite a que lo acompañe a la estación de policía más cercana. En forma muy amable, por cierto, puesto que no lo van a golpear ni menos enviarlo secretamente a experimentar las delicias de un sótano, digamos, en Corea del Norte. Jamás a nadie se le ocurriría someterlo a la tortura del agua (waterboarding) en Guantánamo para forzarlo a confesar, nadie le susurrará en la oreja, “si no tienes nada que esconder, nada tienes que temer”. Y cuando, como corresponde, le hayan tomado las huellas digitales, habrán de llevar a Cheney ante un magistrado para que sea informado de que, de acuerdo a la ley internacional, se le imputa haber propiciado actos de tortura, una actividad condenada por un Convenio Internacional que los Estados Unidos ratificó en 1994. Y después tendrá la oportunidad —que no obtuvieron sus presuntas víctimas— de defenderse con abogados, amén de poder examinar y refutar a sus acusadores.

Que juzguen a Cheney en su país. Eso contrarrestaría el estigma.

Es cierto que el exvicepresidente puede evitar tan desagradables experiencias quedándose dentro de las fronteras de su propio país, sin aventurarse al extranjero, salvo tal vez una visita turística a Bahréin o a Yemen, naciones que no han ratificado los tratados que sancionan la tortura. Lo que Cheney no podrá evitar, sin embargo, es la vergüenza y deshonra universal de ser contaminado por la palabra Pinochet.

Una infamia que, desafortunadamente, también infecta al país donde Cheney nació y que ahora le da refugio y le ofrece impunidad.

Al rechazar toda investigación, y menos todavía el procesamiento, de miembros del Gobierno de Bush inculpados de crímenes contra la humanidad, los Estados Unidos le está diciendo al mundo que no obedece los pactos que ha firmado ni tampoco sus propias leyes domésticas. Está declarando que alguno de sus ciudadanos, los más influyentes entre ellos, están más allá del alcance de la ley. Y se une a un grupo de naciones delincuentes que en forma rutinaria torturan y humillan a sus prisioneros, negándoles el habeas corpus.

Es difícil exagerar cuánto daña esto a la patria de Lincoln, cuánto le desprestigia convertirse en un país que tira por la ventana miles de años de progreso en la lucha por definir lo que significa ser humano, lo que significa tener derechos por la mera circunstancia de ser humano. Un país que desprecia la Magna Carta y destruye el legado establecido por los forjadores de la Independencia norteamericana, y que además viola la Carta de las Naciones Unidas que Estados Unidos mismo ayudó a forjar después de la II Guerra Mundial cuando el clamor “nunca más” se oyó en todo el planeta malherido. Un país que aplaude el juicio a Mubarak en Egipto y deplora las cámaras de tortura de Libia y se aflige por las masacres en Siria, pero que no está dispuesto a pedirle cuentas a su propia élite.

Claro que hay una manera de contrarrestar este estigma y, de paso, determinar si Cheney, al proclamar su propia inocencia (como lo hizo Pinochet), se fundamenta en la realidad o en la mentira.

Que juzguen a Dick Cheney en su propio país. Que un jurado decida si, como él mismo ha declarado, hubiera sido inmoral “no hacer todo lo que fuera necesario” (es decir, torturar) “con tal de proteger la nación contra más ataques como los que se llevaron a cabo el 11 de septiembre del 2001”. Examinar en forma pública si aquellas “interrogaciones intensificadas” (enhanced interrogations) fueron, en efecto, imprescindibles para la seguridad de los norteamericanos o si, por el contrario, han terminado por amenazar la paz del país al degradar su prestancia ética, creando más fanáticos de la yihad dispuestos a nuevos asaltos terroristas.

Justice for all. Justicia para todos.

Las tres últimas palabras del juramento a la bandera que los escolares de la patria de Roosevelt y Obama recitan cada mañana, sus manos sobre el corazón, las palabras que repetí yo de niño en Nueva York y que me ardió como una antorcha interior a lo largo de múltiples exilios.

No dice: justicia para una persona. No dice: justicia para algunos. No dice: justicia para casi todos.

Para todos.

Esta frase tan simple expresa que no importa cuán poderoso puedas ser, si eres un tirano como Pinochet o alguien como Cheney que podría, de haberle ocurrido algo a Bush, ser presidente de los Estados Unidos, nunca jamás es posible colocarse por encima de la ley.

Todos.

Una palabra que es sinónimo de humanidad, toda ella, el primero y el último de nosotros, el que manda a millones y la víctima que aúlla en la oscuridad rogando para que el dolor cese.

Si Dick Cheney amara de veras a su país, exigiría que se convocara un Grand Jury —un grupo eminente de conciudadanos— para estimar si procede juzgarlo, desearía un mundo donde los escolares del futuro, sus propios nietos y biznietos, puedan de veras jurar que tiene que haber justica para todos.

¿O acaso no quiere que su nombre quede limpio y nunca más ni remotamente se asocie al de Pinochet, traidor y ladrón y falsario, un hombre que torturó a su propio pueblo y que solo vive y perdura en los anales infinitos de la ignominia?

Ariel Dorfman es escritor chileno y autor de Purgatorio, de próximo estreno en el Teatro Español de Madrid.

Criminología mediática

Roberto Samar cita al juez Raúl Eugenio Zaffaroni para avanzar sobre el tema de “la criminología mediática”.

Por Roberto Samar *

Un tipo de relato recorre la mayoría de las producciones de las industrias culturales: se basa en la idea central de una sociedad bipolar, donde “los buenos” luchan contra “los malos”. En ese esquema no hay posibilidad de cambio, sólo son posibles soluciones coercitivas: la eliminación del mal o bien el encierro por tiempo ilimitado de quien lo represente. Ese discurso se replica en series, dibujitos, videojuegos y películas, y con el tiempo inciden en nuestra subjetividad y nuestra forma de percibir la realidad.

En ese sentido, según el juez de la Corte Suprema Raúl Eugenio Zaffaroni, “la criminología mediática crea la realidad de un mundo de personas decentes frente a una masa de criminales identificada a través de estereotipos, que configuran un ellos separado del resto de la sociedad, por ser diferentes y malos”.

Lo complejo es que ese relato aplicado a las políticas de seguridad nos lleva a pensar que en la cárcel están detenidos “los malos” de la sociedad. Por lo cual vivimos en la fantasía de que si hay más detenidos estamos en una sociedad más segura.

El detalle es que el sistema penal no detiene a “los malos”, sino que afecta directamente a las personas con carencias (sean de recursos económicos, intelectuales, de capacidad laboral). Porque el sistema de detención se aboca a los casos más fáciles y a los que cuentan con menos herramientas para defenderse. Asimismo, en el imaginario colectivo de nuestra sociedad se asocia la figura de jóvenes de los barrios carenciados con ese lugar del peligro y del mal que acecha, lo cual es funcional a esa misma selectividad del sistema penal.

Para ilustrar las vulnerabilidades de nuestra población detenida, en el informe del Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución Penal del año 2007 se sostiene que en el plano educativo, el 47 por ciento tiene sólo el primario completo y hay un 23 que ni siquiera logró terminarlo. Asimismo, el 55 no tenía profesión ni oficio al momento de la detención. En el mismo sentido, cabe aclarar que el 58 por ciento de los detenidos son procesados, es decir son técnicamente inocentes.

Sin embargo, otra idea que se encuentra muy naturalizada es que, de manera lineal, con más detenciones obtenemos más seguridad. Pero los números indican otra cosa. Internacionalmente, para comparar los niveles de inseguridad y violencia se utiliza la tasa de homicidios, ya que prácticamente no contiene subregistros.

Nuestra tasa es de 5,4 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes. Esta cifra es inferior al 5,8 de Estados Unidos, y al el 28,5 de Brasil. (Fuente: Naciones Unidas, Office on drugs and crime, International homicide statistics, www.unodc.org/documents/dataa nd-analysis/IHS-rates-05012009.pdf). Pero nosotros tenemos 134 detenidos cada 100 mil habitantes. Estados Unidos tiene 751 detenidos y Brasil 220. Claramente, no hay un relación lineal entre las detenciones y la cantidad de homicidios, ya que tenemos menos homicidios y menos población encarcelada.

Otra consecuencia directa de este discurso es que tiende a estigmatizar a la persona que padeció una situación de encierro. Si representa “el mal”, cuantos más años de detención mejor, y ojalá que nunca recupere la libertad. Para este paradigma, el detenido “es un delincuente”, no una persona que delinquió en un momento particular. Ese pensamiento no deja posibilidad al cambio ni da lugar a esquemas de inclusión social pospenitenciaria. Este discurso del miedo cierra puentes. Obviamente, la falta de redes de inclusión y de alternativas es funcional a la reincidencia y al aumento de la violencia.

Paralelamente, este discurso hará que “la gente” atemorizada se aísle, abandone los espacios públicos, se traslade a barrios privados y profundice su individualismo. Es decir, que tienda a desvincularse de los demás. En consecuencia, se debilita el tejido social y se profundiza la segmentación de la población.

Como conclusión, es necesario tener presente que ni los discursos de entretenimiento que circulan en los medios masivos de comunicación son neutrales, muchas veces inciden en la construcción de las subjetividades y en la naturalización de falsas soluciones. Probablemente, generar otros discursos y prácticas inclusivas sean pilares importantes en la tarea de construir una sociedad más segura para todos.

* Licenciado en Comunicación Social, docente de Filosofía Política Moderna UNLZ.

quarta-feira, 10 de agosto de 2011

Edital de Extensão - “DA CONVENÇÃO INTERNACIONAL PARA A PROTEÇÃO DE TODAS AS PESSOAS CONTRA OS DESAPARECIMENTOS FORÇADOS E TEMAS CORRELATOS DE ORDEM NACIONAL E INTERNACIONAL”

FUNDAÇÃO UNIVERSIDADE FEDERAL DE RONDÔNIA

DEPARTAMENTO DE CIÊNCIAS JURÍDICAS

O Professor Mestre Marcus Vinícius Xavier de Oliveira, do Departamento de Ciências Jurídicas do Campus de Porto Velho, torna público ao corpo discente do Campus de Porto Velho a abertura das inscrições para a atividade de extensão “DA CONVENÇÃO INTERNACIONAL PARA A PROTEÇÃO DE TODAS AS PESSOAS CONTRA OS DESAPARECIMENTOS FORÇADOS E TEMAS CORRELATOS DE ORDEM NACIONAL E INTERNACIONAL” , a se realizar nos meses de setembro a novembro do corrente ano.


1. Carga Horária: 40 horas.

2. Público alvo: discentes do Curso de Direito do Campus de Porto Velho.

3. Número de vagas: 12 (doze).

4. Objetivo geral: Estudar a Convenção Internacional para a Proteção de Todas as Pessoas Contra os Desaparecimentos Forçados e temas correlatos no âmbito do direito nacional brasileiro e do direito internacional dos direitos humanos.

4.1. Objetivos específicos: Estabelecer o conceito de direito internacional da pessoa humana, bem como estudar as suas três vertentes, a saber: os direitos humanos, o direito humanitário e o direito dos refugiados -, bem como as interpenetrações no tocante à proteção integral da pessoa humana; Empreender o estudo do sistema global dos direitos humanos; Estudar os direitos humanos consagrados nas fontes universais gerais; Estudar a Convenção Internacional para a Proteção de Todas as Pessoas Contra os Desaparecimentos Forçados, e buscar compreender como este Tratado Internacional expande o sistema de proteção à pessoa humana; Verificar o tratamento aos desaparecimentos forçados em outras fontes normativas, em especial no âmbito do sistema interamericano de direitos humanos; Estudar o tratamento dado à temática no âmbito do Direito Penal Internacional; Estudo de Caso: a ADPF 153/DF (Lei de Anistia); Estudo de Caso: Sentença de 24 de novembro de 2010, no Caso Gomes Lund e outros VS. Brasil (Guerrilha do Araguaia), proferida pela Corte Interamericana de Direitos Humanos.

5. Dias, período e local: 02, 16 e 30 de setembro, 14 e 28 de outubro e 04, 11 e 25 de novembro de 2011, das 16:30 às 19:00 horas no Centro de Estudos Jurídicos da Amazônia –CEJAM, no antigo prédio da Reitoria, Campus de Porto Velho.

6. Critérios de avaliação: mínimo de 75% de presença nas atividades presenciais; elaboração de artigo, segundo as normas técnicas de produção científica, com no mínimo 10 e no máximo 15 laudas acerca de um dos temas tratados, a ser apresentado em 29 de fevereiro de 2012.

7. Observação: não fará jus ao certificado o aluno que contar com mais de 25% de faltas e/ou não entregar o artigo no período determinado.

8. Período de inscrição: 15 a 22 de agosto de 2011, através do e-mail advmarcusvinicius@gmail.com . A inscrição que for postada após as 24 horas do dia 22 de agosto de 2011 será considerada intempestiva .

8. Critério de desempate: havendo interessados em número superior ao de vagas, o professor realizará entrevista, em dada a ser designada, na qual se aferirão a disponibilidade tempo, interesse na temática e no início de produção técnico-científica, bem como ter obido aproveitamento em outros cursos/atividades de extensão, caso tenha participado.

9. Informações: pessoalmente com o professor responsável ou através do e-mail advmarcusvinicius@gmail.com  ou do blog http://www.profanacoes.blogspot.com/

Porto Velho, 10 de agosto de 2011.


Professor Mestre Marcus Vinícius Xavier de Oliveira



De Acordo:


Professor Mestre Delson Fernando Barcelos Xavier

Chefe do DCJ/Porto Velho


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FUNDAÇÃO UNIVERSIDADE FEDERAL DE RONDÔNIA


DEPARTAMENTO DE CIÊNCIAS JURÍDICAS


FICHA DE INSCRIÇÃO


ATIVIDADE DE EXTENSÃO: DA CONVENÇÃO INTERNACIONAL PARA A PROTEÇÃO DE TODAS AS PESSOAS CONTRA OS DESAPARECIMENTOS FORÇADOS E TEMAS CORRELATOS DE ORDEM NACIONAL E INTERNACIONAL



Nome
Matrícula
Data de Nascimento
Curso
Período
E-mail
Disponibilidade semanal para estudos, em horas
Discorrer, sucintamente, sobre o interesse na temática do curso de extensão e na inserção em atividade de pesquisa:
Língua estrangeira que tem domínio de leitura ( ) espanhol - ( ) inglês ( ) nenhuma

( ) Declaro estar ciente das regras do Curso de Extensão, bem como estar de acordo com as mesmas.

Porto Velho (RO), ___ de agosto de 2011.
Nome/Assinatura
Observação importante: não se esqueça de anexar cópia da certidão de matrícula e histórico escolar.

terça-feira, 9 de agosto de 2011

La nueva gramática del poder

JAVIER SOLANA - Ex alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea y ex secretario general de la OTAN, es presidente del Centro Económico y Geopolítico Global ESADE y miembro sénior distinguido en Política Exterior de la Brookings Institution.

DANIEL INNERATY - Director del Instituto de Gobernancia Democrática de la Universidad del País Vasco. Ambos son coautores de La humanidad amenazada: el gobierno de los riesgos globales. Copyright: Project Syndicate, 2011.



Las principales preocupaciones de la humanidad hoy no son tanto males concretos como amenazas indeterminadas. No estamos preocupados por peligros visibles, sino por peligros vagos que podrían golpear en el momento menos esperado -y contra los cuales no estamos suficientemente protegidos-.

Por supuesto, existen peligros identificables específicos, pero lo que más nos preocupa sobre el terrorismo, por ejemplo, es su naturaleza impredecible. Lo que nos resulta más perturbador sobre la economía estos días es su volatilidad.

En otras palabras, la incapacidad de nuestras instituciones para protegernos de la incertidumbre financiera extrema.

En general, gran parte de nuestra intranquilidad refleja nuestra exposición a amenazas que solo podemos controlar en parte. Nuestros ancestros vivían en un entorno más peligroso pero menos riesgoso. Soportaban un grado de pobreza que sería intolerable para quienes hoy viven en países avanzados, mientras que nosotros estamos expuestos a riesgos cuya naturaleza, aunque a nosotros nos resulte difícil de entender, para ellos sería literalmente inconcebible.

Dado que la interdependencia expone a todos, en todo el mundo, de una manera sin precedentes, gobernar los riesgos globales es el gran desafío de la humanidad. Pensemos en el cambio climático; los riesgos de la energía y la proliferación nuclear; las amenazas terroristas (cualitativamente diferentes de los peligros de la guerra convencional); los efectos colaterales de la inestabilidad política; las repercusiones económicas de las crisis financieras; las epidemias (cuyos riesgos aumentan con la mayor movilidad y el libre comercio); y el pánico repentino alimentado por los medios, como la reciente crisis de los pepinos en Europa.

Todos estos fenómenos conforman una parte del lado oscuro del mundo globalizado: contaminación, contagio, inestabilidad, interconexión, turbulencia, fragilidad compartida, efectos universales y sobreexposición. En este sentido, se podría hablar del "carácter epidémico" de nuestro mundo contemporáneo.

La interdependencia, de hecho, es una dependencia mutua -una exposición compartida a los peligros-. Nada está completamente aislado y los "asuntos externos" ya no existen: todo se ha vuelto nacional, hasta personal. Los problemas de otra gente ahora son nuestros problemas, y ya no podemos verlos con indiferencia, o con la esperanza de obtener algún rédito personal de ellos.Este es el contexto de nuestra peculiar vulnerabilidad actual. Lo que solía protegernos (la distancia, la intervención gubernamental, la previsión, los métodos de defensa clásicos) se ha debilitado, y ahora nos ofrece escasa protección o directamente ninguna.

Tal vez no hayamos tenido en cuenta todas las consecuencias geopolíticas que derivan de esta nueva lógica de dependencia mutua. En un mundo tan complejo, ni siquiera el más fuerte está suficientemente protegido. De hecho, la lógica de la hegemonía choca con los fenómenos actuales de fragmentación y automatización -pensemos en Pakistán, por ejemplo, o en Italia- que crean desequilibrios y asimetrías que no siempre son favorables a los poderosos.

Los débiles, cuando están seguros de que no pueden ganar, pueden lastimar a los más fuertes -y hasta hacerlos perder-. A diferencia del orden westfaliano centenario de los Estados-naciones, en el que el peso específico de cada Estado era el factor determinante, en un mundo de interdependencia, la seguridad, la estabilidad económica, la salud y el medio ambiente de los más fuertes son continuamente rehenes de los más débiles. Todos están expuestos a los efectos del desorden y la turbulencia en la periferia.

Estas condiciones de sobreex-posición, en su mayor parte, no tienen precedentes y plantean numerosos interrogantes para los cuales todavía no tenemos las respuestas correctas. ¿Qué tipo de protección sería apropiada en un mundo de estas características?

Como es lógico, una globalización contagiosa que aumenta la vulnerabilidad inevitablemente desata estrategias preventivas y defensivas que no siempre son proporcionadas o razonables. La xenofobia y el chauvinismo que algunas de las estrategias defensivas pueden despertar tal vez terminan causando más daño que las amenazas de las cuales supuestamente nos protegen.

De modo que, en esta era de calentamiento global, bombas inteligentes, guerra cibernética y epidemias mundiales, nuestras sociedades deben estar protegidas con estrategias más complejas y sutiles. No podemos seguir persiguiendo estrategias que ignoran nuestra exposición común a riesgos globales, y el resultante contexto de dependencia mutua.

Debemos aprender una nueva gramática del poder en un mundo que está más conformado por el bien común -o el mal común- que por el interés personal o el interés nacional. Estos no desaparecieron, por supuesto, pero están demostrando ser insostenibles fuera de un marco capaz de abordar las amenazas y oportunidades comunes.

Mientras que el antiguo juego de poder buscaba la protección de los intereses propios sin preocuparse por los de los demás, la sobreexposición obliga a la reciprocidad de los riesgos, el desarrollo de métodos cooperativos y el reparto de información y estrategias. Una gobernancia global verdaderamente efectiva es el horizonte estratégico que la humanidad debe perseguir hoy con toda su energía.

Suena difícil, y lo será. Pero no tiene nada que ver con el pesimismo. El desafío de gobernar los riesgos globales no es nada menos que el desafío de impedir el "fin de la historia", no como la apoteosis plácida de la victoria global de la democracia liberal, sino como el peor fracaso colectivo que podamos imaginar.

 

quarta-feira, 3 de agosto de 2011

Escándalo en el máximo tribunal

Una ONG argentina denuncia que en cuatro pisos propiedad de un juez de la Corte Suprema se ejerce la prostitución


SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ - Buenos Aires - 02/08/2011

El candidato presidencial de la Unión Cívica Radical (UCR), Ricardo Alfonsín, ha pedido la dimisión del magistrado de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni, para que explique, desde fuera del máximo órgano jurisdiccional argentino, cómo es posible que al menos cuatro apartamentos de su propiedad, en la ciudad de Buenos Aires, estén alquilados a negocios de prostitución.

Zaffaroni, de 71 años de edad y uno de los jueces más famosos de Argentina, es miembro de la Corte Suprema desde 2003, no niega ser el dueño de esos apartamentos pero mantiene que un apoderado y una agencia inmobiliaria son quienes se encargan de buscar inquilinos, sin que él tenga el menor conocimiento o contacto con ellos.

El escándalo se inició hace dos semanas cuando el diario Perfil planteó que dos céntricos prostíbulos, en el mejor barrio de la ciudad, estaban instalados en apartamentos propiedad del juez. Posteriores investigaciones por parte de la ONG La Alameda, dedicada a la lucha contra la prostitución, ampliaron el número de locales propiedad del juez donde se ejercía la prostitución hasta cuatro pisos diferentes. La ONG presentó inmediatamente una denuncia contra la trata de mujeres.

El director de Perfil, Jorge Fontevecchia, uno de los periodistas más conocidos del país, escribió este domingo un artículo titulado "La noticia no deseada" en el que explica que no existe ninguna animosidad contra el juez Zaffaroni, sino que, bien al contrario, ha contado siempre con su respeto como juez garantista y con su admiración por sus méritos jurídicos. Pero "el periodismo no es una profesión para hacer amistades", escribe Fontevecchia.

Zaffaroni, calificado muchas veces como el magistrado de la Corte Suprema más cercano a los Kirchner, en algunos de cuyos actos políticos se dejó ver en ocasiones, ha explicado en Página 12 que es propietario de 15 inmuebles en la ciudad que figuran en sus declaraciones patrimoniales. "Es obvio que no puedo administrarlos personalmente, de modo que tengo un apoderado y una inmobiliaria que los alquila. Me limito a recibir lo que me paga".

El juez anuncia que ha dado instrucciones para "verificar" lo que pasa y pedir a los inquilinos que abandonen los apartamentos implicados inmediatamente. En caso contrario, presentará la correspondiente denuncia. Zaffaroni se lamenta de que ni el diario Perfil ni la ONG La Alameda acudieran a él antes de hacer públicos los datos de que disponían.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación está integrada por un presidente, Ricardo Lorenzetti; una vicepresidenta, Elena Highton de Nolasco; y cuatro ministros o magistrados, además del propio Zaffaroni: Carlos Fayt, Enrique Petracci, Juan Carlos Maqueda y Carmen Argibay. Bajo la presidencia de Lorenzetti, de 56 años, y con el actual equipo, la Corte se ha convertido en una de las instituciones más respetadas e independientes de Argentina.

"Precisamente por eso, porque la Corte Suprema es una institución prestigiada, es por lo que creemos que el ministro Zaffaroni, aunque no haya delito, debe dimitir, evitando que se perjudique la justicia", ha explicado Ricardo Alfonsín.

"Estamos ante un caso que tiene que ser investigado y del que se deducirán responsabilidades. Esto puede ser, en el mejor de los casos, un papelón y el peor un delito", ha precisado Alfonsín. Al candidato radical le resulta, además, "difícil" creer que "el propietario de seis departamentos no sepa cuál es el destino que se les da cuando los alquila".

La diputada Elisa Carrió, caracterizada por su lucha contra la corrupción, se ha expresado con cautela y ha recordado que, según la Constitución argentina, "lo que corresponde es que Zaffaroni se someta a un juicio político en el Congreso". Carrió ha recordado que su grupo denunció en su día la participación de Zaffaroni en actos del kirchnerismo y en tareas de asesoramiento.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Escandalo/maximo/tribunal/elpepuint/20110802elpepuint_10/Tes

segunda-feira, 1 de agosto de 2011

El horror de Noruega y la libertad de expresión

TIMOTHY GARTON ASH - Catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford e investigador titular en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

Podemos ignorar la yihad, pero no podemos evitar las consecuencias de ignorar la yihad". Esa fue la primera reacción de la bloguera antiislámica estadounidense Pamela Geller tras la noticia de los atentados terroristas en Noruega, y en su página web, Atlas Shrugs (Atlas se encoge de hombros), colocó el enlace a un vídeo anterior de una manifestación a favor de Hamás en Oslo. Cuando nos enteramos de que el asesino de masas no era un terrorista islámico sino un terrorista antiislámico, cuyo manifiesto de 1.500 páginas estaba lleno de citas de escritores como ella, Geller se encogió de hombros como Atlas: "Es un maldito asesino. Punto. Es responsable de sus actos. Él y solo él. No ha habido nada de ideología".

"Nadie ha explicado ni puede explicar qué tienen que ver las supuestas opiniones antiyihad de este individuo con el hecho de que haya asesinado a unos niños", protestó Robert Spencer, de Jihad Watch, otro bloguero al que Breivik citaba y elogiaba. A los "luchadores de la libertad" como él mismo, decía Spencer, no había que meterlos en ese mismo saco.

Bruce Bawer, un estadounidense residente en Oslo que escribió una jeremiada sobre la toma de Europa (Eurabia) por parte de los musulmanes, se mostró más considerado. Tras tomar nota de que, en su manifiesto de los Neocaballeros Templarios, Anders Behring Breivik "cita de forma elogiosa y con detalle mi trabajo y menciona mi nombre 22 veces", Bawer reflexiona, con una desolación que le honra: "Es escalofriante pensar que esas notas que yo había escrito para el blog en mi hogar del oeste de Oslo a lo largo de los dos últimos años las estaba leyendo y copiando un futuro asesino en su hogar del oeste de Oslo".

¿Qué relación hay, pues, entre sus palabras y los actos cometidos por Breivik? ¿Qué consecuencias debe tener para la forma de tratar a unos escritores a los que este asesino de masas citaba en términos tan elogiosos?

En primer lugar, las personas como Geller y Spencer, y mucho menos Bawer, más atento, no son responsables de lo que hizo Breivik. Es un error tan grande declararles cómplices de asesinato de masas como proclamar que los escritores musulmanes no violentos (aunque a veces autoritarios y extremistas) son cómplices de los terroristas musulmanes que atentaron en Nueva York, Londres y Madrid. Dado que ellos llevan muchos años haciendo precisamente eso, sería tentador sentir cierta pizca de satisfacción al ver que a Geller y compañía les ha salido el tiro por la culata. Pero no debemos actuar como ellos. No son cómplices. Punto.

Sin embargo, si es ridículo sugerir que no existe ninguna relación entre la ideología islamista y el terrorismo islamista, también lo es decir que no hay ningunaconexión entre la visión alarmista de la islamización de Europa que difunden estos autores y lo que Breivik creía estar haciendo. ¿"Nada de ideología"? Por supuesto que sí. Una parte importante del manifiesto de Breivik es una evidente repetición -con frecuentes citas sacadas y recortadas de Internet- de las historias de horror que escriben sobre Eurabia, tan debilitada por el veneno del multiculturalismo y otras enfermedades izquierdistas que se somete sin lucha a una situación de dimitud bajo la supremacía musulmana. Su mente, claramente desequilibrada (otra cosa es que esté loco en sentido legal), salta de ahí a la conclusión de que el Caballero Justiciero (él mismo), en su soledad, debe dar un toque de atención heroico y brutal que despierte a esta sociedad debilitada, una señal aguda, como explicó a los investigadores noruegos.

¿Qué hay que hacer con esas palabras tan inflamatorias? Una respuesta, muy popular en algunos sectores de la izquierda europea, es: "¡Prohibirlas!". Si la idea engendró el hecho, impidamos la idea. Habría que añadir una nueva serie de términos y sentimientos ofensivos y extremistas a la ya larga lista de palabras dentro del "discurso de odio" que son procesables en uno u otro país de Europa. Hace unos años, la entonces ministra de justicia alemana, Brigitte Zypries, logró que la UE aprobara una "decisión marco" para la multiplicación paneuropea de esos tabúes; por suerte, no se ha llevado a la práctica todo lo que ella pretendía.

Por suerte, digo, porque es una vía equivocada. No va a hacer desaparecer esas ideas, solo hacer que pasen a la clandestinidad, donde se enconarán y se harán más venenosas. Congelará el debate legítimo sobre temas importantes: la inmigración, la naturaleza del islam, los hechos históricos. Dará a gente tan repugnante como David Irving la oportunidad de proclamarse mártires de la libertad de expresión. Llevará a los tribunales a personas fantasiosas como Samina Malik -una vendedora de 23 años procesada en Reino Unido por escribir unos pésimos versos en los que glorificaba el martirio y los asesinatos de los yihadistas-, pero no a los hombres que de verdad ejercen la violencia.

Contra la incitación directa a la violencia debe caer, siempre y en todas partes, todo el peso de la ley. Los textos ideológicos que alimentaron la locura de Breivik, en mi opinión, no cruzaron esa línea. Permitir la manifestación de las fantasías militantes de los extremistas, tanto islamistas como antiislámicos, es el precio que pagamos por tener libertad de expresión en una sociedad abierta.

¿Quiere eso decir que no hay que darles respuesta? Por supuesto que no. Precisamente porque el precio de prohibir esas palabras es demasiado alto, y de todas formas sería imposible hacerlo en la era de Internet, es por lo que debemos hacerles frente en combate abierto. Un campo de batalla fundamental es la política, y los políticos de los grandes partidos europeos, viendo el éxito electoral de los partidos populistas y xenófobos, están dedicándose a apaciguar, en vez de levantar la voz contra los mitos extremistas. Otro terreno es el de los medios llamados convencionales. En un país como Noruega -y en Reino Unido-, la radiotelevisión pública y la prensa de calidad responsable son la garantía de que, aunque se difundan opiniones radicales, los peligrosos mitos que proponen estén acompañados de datos, reflexión y sentido común. Para quienes aún leen y escuchan esos medios, claro está.

¿Pero qué sucede cuando uno se informa a través de los periódicos sensacionalistas y demagogos, como los que tanto le gustan a Rupert Murdoch? ¿O en una cadena de televisión que siempre es sectaria, como las de Silvio Berlusconi en Italia o Fox News (también de Murdoch) en Estados Unidos? La noche de los asesinatos de Oslo, la presentadora invitada en el programa de Fox News The O'Reilly Factor, Laura Ingraham, informó de "dos atentados mortales en Noruega, que parecen ser obra, una vez más, de extremistas musulmanes". Después de contar lo que se sabía de los ataques, continuó: "Mientras tanto, en Nueva York, los musulmanes que desean construir la mezquita en la Zona Cero han logrado una victoria legal...". Malditos musulmanes, que ponen bombas en Oslo y mezquitas en Nueva York.

¿Y si uno obtiene sus informaciones de lo que ocurre en el mundo, sobre todo, a través de Internet? El caso de Breivik vuelve a mostrar que la red es un recurso fantástico para quienes quieren buscar con la mente abierta. En solo unas horas, se obtiene una cantidad de información para la que antes hacían falta semanas e incluso seguramente un viaje al país en cuestión. Ahora bien, cada vez existen más pruebas de que el funcionamiento de Internet puede contribuir también a cerrar las mentes, reforzar los prejuicios y alimentar las teorías de la conspiración.

En Internet es demasiado fácil encontrar a las otras 1.000 personas que comparten tus opiniones pervertidas. Y entonces entras en una espiral viciosa de pensamiento de grupo que refuerza el peor tipo de ideología: una visión del mundo sistemática y coherente que está totalmente alejada de la cotidianeidad humana. El manifiesto de Breivik, con sus interminables citas sacadas de la Red, es ejemplo perfecto de ese proceso.

No hay soluciones fáciles. "¡Prohibidlo!" es la respuesta equivocada. El verdadero reto es descubrir cómo aprovechar al máximo la extraordinaria capacidad de Internet para abrir las mentes y reducir al mínimo su tendencia a cerrarlas.

terça-feira, 10 de maio de 2011

El modelo francés no sirve

La prohibición del 'burka' y el 'niqab' entró ayer en vigor en Francia. La integración cívica de las inmigrantes musulmanas tiene fallos en toda Europa, pero el prohibicionismo de Sarkozy no ayuda a solucionarlos.

TIMOTHY GARTON ASH

Creo que la gente debe tener libertad para publicar caricaturas de Mahoma. Creo que la gente debe tener libertad para llevar el burka. En una sociedad libre, los hombres y mujeres deben poder hacer, decir, escribir, dibujar y vestir lo que quieran, siempre que eso no haga grave daño a los demás.

Por consiguiente, los partidarios de una prohibición del burka como la que entró en vigor en Francia ayer, lunes 11 de abril, deben demostrarnos qué daño hace que las mujeres se paseen con el rostro cubierto. Hasta ahora, han ofrecido tres argumentos fundamentales.

En primer lugar, dicen que el velo que cubre por completo el rostro es una amenaza para la seguridad pública. Jean-Francois Copé, líder del partido de Nicolas Sarkozy, la Unión por un Movimiento Popular, ha mencionado un atraco a mano armada que llevaron a cabo "en las afueras de París unos criminales disfrazados con burkas". Otros hablan de que bajo el burka puede ocultarse un posible terrorista suicida. ¿Pero cuántos incidentes así ha habido? Para los terroristas de Londres y Madrid, la mochila fue un sitio más fácil en el que esconder una bomba. Y, por otra parte, hace muchos años que los manifestantes violentos que provocan disturbios callejeros se ocultan con pasamontañas y que la media (o su equivalente actual) en la cabeza es el uniforme obligado del atracador. Es ridículo sugerir que las menos de 2.000 mujeres que se cree que llevan el burka en Francia, como las menos de 500 en Holanda, constituyen de pronto una amenaza para la seguridad más grave que todos esos hombres encapuchados y con pañuelos que llevan decenios ejerciendo la violencia.

Lo cual nos lleva al segundo argumento: una sociedad abierta requiere que nos podamos ver las caras. Simpatizo enormemente con esta postura. Casi todas las sociedades libres tienen ciertas normas que rigen nuestras apariciones en público: nada de desnudos frontales completos, por ejemplo, salvo en los lugares reservados para ello. Si, desde hace 50 años, llevar el rostro descubierto en público es la norma legal establecida en las sociedades europeas, igual que lo es cubrir las partes íntimas, sería razonable insistir en que quienes deciden vivir aquí la respeten. Sin embargo, aunque nos quieran presentar la ley francesa como algo igualitario y universalista, es evidente que en realidad no lo es.
En 2009, Sarkozy asumió con entusiasmo la demanda de que prohibiera el burka. Y ahora va a ponerlo en práctica en el contexto de la feroz defensa que hace su partido de la laicidad francesa -en especial frente a la invasión del "islam"- y que quedó reafirmada en una polémica reunión celebrada la semana pasada. Además, en estos momentos, importa mucho la posibilidad de recuperar a los votantes que están yéndose a Marine Le Pen y la extrema derecha xenófoba. Es decir, se trata de una prohibición muy politizada, camuflada bajo un fino velo universalista.

El último argumento es que el perjuicio más inaceptable es el que sufren las propias mujeres que llevan el velo. Silvana Koch-Mehrin, vicepresidenta del Parlamento Europeo, dice que el burka es "una prisión móvil". Y es frecuente oír que las mujeres solo se encierran en esa prisión móvil porque sus padres o sus maridos las obligan.
También simpatizo, en un principio, con esta opinión. Cada vez que, en un día caluroso en Londres, veo a una mujer envuelta en una túnica negra que camina detrás de un hombre con camiseta, vaqueros y zapatillas, mi primera reacción es: "¡Qué mierda de injusticia!". John Stuart Mill, que enunció el "principio del daño" clásico del liberalismo, criticaba con pasión "el poder casi despótico de los maridos sobre las mujeres". Pero antes de saltar a esta conclusión, ¿no deberíamos preguntarles a las mujeres? ¿O suponemos, llenos de paternalismo (o maternalismo), que no saben lo que les conviene y hay que obligarlas a ser libres?
Un estudio realizado por el proyecto At Home in Europe, de las Open Society Foundations, que se hizo público el lunes de la pasada semana, muestra los resultados de unas entrevistas detalladas realizadas a 32 mujeres que llevan el rostro cubierto por completo en Francia. Todas, menos dos, dicen que son las primeras en su familia que lo llevan, y casi todas insisten en que lo hacen porque han querido ellas. Varias decidieron llevarlo en contra de la resistencia inicial de sus maridos, padres y madres (las familias tenían miedo de encontrarse con hostilidad en la calle, un miedo razonable. En una parodia tragicómica de las posibles reacciones francesas, a una de estas mujeres -Omera, de 31 años, que vive en el sur de Francia- la amenazó una anciana francesa con unas bolas de petanca).
Muchas entrevistadas describen el hecho de llevar el niqab o el burka como parte de un viaje espiritual, en el mismo tono en el que, antiguamente, una mujer cristiana o judía devota podría haber explicado su decisión de "tomar los hábitos". Algunas explican también que es una forma de protesta y defensa contra un espacio público muy sexualizado y voyeurista: "Para nosotras, es un modo de decir que no somos un pedazo de carne en un mostrador, no somos una mercancía" (Vivi, 39 años, sur de Francia). Cerca de ti, Señor... y lejos de Pepe, el lascivo.

Quizá no nos guste su decisión. Tal vez nos resulte inquietante y ofensiva. Pero es, a su manera, un ejercicio de la libertad de expresión tan respetable como las caricaturas de Mahoma, que estas mujeres, a su vez, considerarán inquietantes y ofensivas. Y en eso consiste una sociedad libre: la que lleva el burka tiene que tragarse las caricaturas; el caricaturista tiene que tragarse el burka.

¿Qué sentirán estas mujeres a partir de la prohibición? Oigamos lo que dice Camile, de París: "¿Por qué voy a tener que quitarme el niqab? No soy una terrorista. No soy una criminal. No soy una ladrona. Yo, que hoy respeto todas las leyes, las leyes de Dios y las leyes de la República, voy a convertirme mañana en delincuente".

Sin duda, existen casos de mujeres -con las que es mucho más difícil hablar- que llevan el niqab o el burka por miedo a los hombres de su familia. Hay que poner a su disposición todos los recursos: líneas de teléfono para hacer llamadas anónimas, apoyo de la comunidad, centros de acogida, facilidades para mudarse y empezar de nuevo. También ellas deben tener libertad para elegir. ¿Pero cómo va a ayudarlas el hecho de prohibir el burka? ¿No es más probable que la reacción de esos tiranos sea encerrarlas aún más en casa?

Como es tan fácil que a uno lo malinterpreten al hablar de este tema, quiero dejar muy clara mi postura. Creo que existen grandes problemas que dificultan la integración de las personas de origen inmigrante y religión musulmana en la mayoría de las sociedades de Europa Occidental. Me parece que hemos cometido graves errores de acto y de omisión durante los últimos 40 años, algunos de ellos en nombre de un "multiculturalismo" equivocado y lleno de relativismo moral. En mi opinión, necesitamos un liberalismo sólido que esté preparado para unas sociedades que ya son multiculturales.
Pero, por el bien de la razón y el sentido común, centrémonos en lo que de verdad importa. Defendamos la libertad de expresión frente a las intimidaciones islamistas violentas. Garanticemos que los hijos de los inmigrantes obtengan una buena educación, aprendan la lengua, la historia y la política del país europeo en el que viven y salgan equipados para hacer un trabajo útil y una plena contribución como ciudadanos. No nos dejemos distraer por una política de gestos fáciles, que, mientras intenta recuperar los votos de los partidos xenófobos de extrema derecha, les está dando legitimidad.
La prohibición del burka es antidemocrática e innecesaria, y lo más probable es que sea contraproducente. Nadie debe seguir el ejemplo francés, y la propia Francia debería dar marcha atrás.

sexta-feira, 6 de maio de 2011

Por la senda del desarrollo pacífico

China considera que ha acabado el tiempo de las potencias que conquistan o amenazan y que la tendencia, frente a los crecientes riesgos y desafíos que enfrenta la comunidad internacional, debe ser la de integrar desarrollo y paz de manera que se beneficien todos. Rechaza que Pekín tenga ambiciones hegemónicas

DAI BINGGUO - Miembro del Consejo de Estado y presidente del Diálogo Económico y Estratégico China-Estados Unidos.

 
La Propuesta del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) para Formular el 12º Plan Quinquenal para el Desarrollo Económico y Social de China adoptada por la Quinta Sesión Plenaria del 17º Comité Central del PCCh deja trazado un magno proyecto para el desarrollo de China en el próximo lustro. Se reitera en la parte relativa a las relaciones exteriores que China, enarbolando en alto la bandera de la paz, el desarrollo y la cooperación y con firme apego a la política exterior independiente y de paz, al camino de desarrollo pacífico y a la estrategia de apertura de beneficio recíproco y ganancia compartida, se enfrasca en la salvaguardia de su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo, con miras a promover, junto con los demás países, la construcción de un mundo armonioso de paz duradera y prosperidad común. Se trata de una explicación en profundidad sobre los propósitos de la política exterior y el sendero de desarrollo de China así como su objetivo y la manera de conseguirlo, en tanto que reviste un relevante significado real y una trascendencia histórica para la diplomacia china bajo las nuevas circunstancias.

1. ¿Por qué China escoge el camino de desarrollo pacífico?

El seguir el camino de desarrollo pacífico, en vez de ser una decisión impulsiva basada en la imaginación subjetiva, es una elección bien meditada a base de nuestro análisis sobre los grandes cambios que han tenido lugar en el mundo, en China y en las relaciones entre ésta y el resto del mundo. Por lo tanto, es menester adaptarnos a la evolución de la situación y hacer reajustes propicios de acuerdo con las circunstancias, a fin de seguir un camino conforme tanto a la tendencia del desarrollo mundial como a las condiciones nacionales de China.

El mundo de hoy está experimentando cambios tan amplios como profundos. La profundización de la globalización económica, la informatización y los adelantos vertiginosos de la ciencia y tecnología, lo vuelven cada vez más "pequeño" al mundo, que parece se ha convertido en una "aldea global". Con vinculación, interdependencia e integración de intereses que alcanzan cotas sin precedentes, los países del mundo cuentan con intereses comunes cada vez más extensos, enfrentando un número creciente de problemas que necesitan soluciones conjuntas, lo que refuerza cada día más sus aspiraciones a la cooperación mutuamente beneficiosa. En cierta medida, el mundo ya representa una "comunidad de intereses". Ningún país, ni siquiera los más poderosos, puede permanecer aislado y luchar a solas, en tanto que el comportamiento de un país no sólo concierne a sus propios intereses, sino que también dejará impactos trascendentales en los de otros. Las prácticas egoístas de conquistar o amenazar a otros por la fuerza, o buscar espacios de desarrollo y recursos por medios no pacíficos están perdiendo terreno. De igual manera, se vuelve cada vez más impopular el proceder de algunos países caracterizado por identificar amigos y enemigos con base en la ideología y formar bandas apelando a múltiples pretextos en búsqueda del monopolio de los asuntos mundiales en mano única o de unos pocos. En respuesta a los crecientes riesgos y desafíos, la paz, el desarrollo y la cooperación se han constituido en la tendencia irresistible de los tiempos. Los países deberían considerarse como los pasajeros que comparten el mismo barco, en vez de lucharse entre sí y tratar de arrojar al otro por la borda, ya que ello constituye la única salida viable.

Hoy, en China se están operando transformaciones tan amplias como profundas. Más de 30 años de reforma y apertura han traído cambios titánicos para China, que pasó de tomar la lucha de clases como la línea conductora a centrarse en la construcción económica y la promoción integral de la causa de la modernización socialista; de la aplicación de la economía planificada al establecimiento del sistema de economía de mercado socialista a través del impulso de la reforma en todas las facetas; de una sociedad cerrada y con énfasis parcial en el autosostenimiento a la apertura al exterior en fomento de la cooperación internacional; de la delimitación según la ideología a la coexistencia pacífica entre los distintos sistemas sociales y modelos de desarrollo y el desenvolvimiento omnidireccional de las relaciones exteriores. Todo ello nos llama a actuar a la luz de las condiciones nacionales básicas y las características de la actual etapa de desarrollo de nuestro país, profundizar la reforma y apertura y acelerar la transformación del patrón de crecimiento económico.

Las relaciones de la China actual con el resto del mundo también han experimentado cambios históricos. Con la constante profundización de la reforma y apertura y el continuo desarrollo económico y social, China se inserta cada vez más en la comunidad internacional, estrechando de forma creciente sus vínculos con el mundo, de manera que el futuro y el destino de China se entrelazan cada día más con los del mundo. El desarrollo de China no puede desvincularse del mundo y éste, a su vez, necesita a China para su prosperidad y estabilidad. Si no manejamos bien nuestras relaciones con el resto del mundo, perderíamos las oportunidades de desarrollo proporcionadas por la paz general en la situación internacional, la relativa estabilidad en las relaciones entre los grandes países y el vertiginoso progreso de la nueva revolución científico-tecnológica en las primeras dos décadas del nuevo siglo.

2. ¿Qué es el camino de desarrollo pacífico?

El camino de desarrollo pacífico a seguir es un flamante sendero de desarrollo formulado por la dirección colectiva del Comité Central del PCCh con el compañero Hu Jintao como Secretario General, sobre la base del exhaustivo análisis de las características de la época y las condiciones nacionales de China, la coordinación de los intereses generales tanto nacionales como internacionales y el estudio y aprendizaje de las experiencias y lecciones de desarrollo de otros países grandes. Se trata de una decisión trascendental sobre la estrategia de desarrollo de China así como una declaración relevante de la estrategia exterior de nuestro país.

A mi juicio, las características de este sendero se pueden resumir en "cinco puntos": Primero, resaltar la naturaleza pacífica del desarrollo. En vez de involucrarse en la invasión, el saqueo, la guerra y la expansión que las potencias occidentales se acostumbran a practicar, nos comprometemos a servir a la paz mundial mediante nuestros esfuerzos, integrando el desarrollo con la paz. Segundo, recalcar el carácter independiente del desarrollo, ya que la independencia y autodecisión son características fundamentales de la política exterior de China, mientras que la autosuficiencia constituye una excelente tradición nuestra. A lo largo de más de treinta años, colocando siempre el punto de sustento y el centro de gravedad del desarrollo en el plano interno, procuramos nuestro propio desarrollo valiéndonos básicamente de la reforma y apertura, de nuestra inteligencia y laboriosidad, de la continua ampliación de la demanda doméstica y de la propulsión de la transformación del modelo de crecimiento económico. Tercero, enfatizar el carácter científico del desarrollo. De acuerdo con las exigencias emanadas de la concepción científica de desarrollo integral, coordinado y sostenible que considera al ser humano como lo primordial, al impulsar el desarrollo tan seguro como acelerado de la economía nacional, China se enfrasca en promover activamente la edificación de una sociedad armoniosa, con miras a asegurar que el proceso de desarrollo pacífico de China goce de un excelente entorno doméstico. Cuarto, subrayar el carácter cooperativo del desarrollo. Siendo China un miembro de la gran familia internacional, la mejor forma de fomentar los intereses propios y ajenos consiste en enfrentar juntos las dificultades y penalidades y compartir los intereses y responsabilidades. En las relaciones con el exterior, abogamos por la amistad en lugar de la enemistad, la cooperación en vez de la confrontación, la confianza en sustitución del recelo, y el tratamiento en pie de igualdad en vez de la imposición de la voluntad propia al prójimo. Quinto, acentuar el carácter universal del desarrollo. China persiste en la homogeneidad de los intereses nacionales propios con los comunes de toda la humanidad. Al buscar su propio desarrollo, China se esfuerza por el desarrollo común de los países del mundo, rechazando las prácticas egoístas que favorecen su propio desarrollo en perjuicio de intereses de los demás. Somos muy conscientes de que para desarrollarse a sí mismo, hay que dejar desarrollar a los demás también; para tener la seguridad propia, uno debe hacer que los demás se sientan seguros; y para llevar una vida mejor a uno mismo, es necesario dejar vivir bien a los otros.

3. ¿Cuál es la dirección de desarrollo y la intención estratégica de China?

Después de más de 30 años de reforma y apertura de China, sobre todo, a raíz de su exitosa organización de los Juegos Olímpicos de Beijing y su superación de la crisis financiera internacional, la comunidad internacional ha mostrado un creciente interés en el rumbo de la estrategia de China. Cabe señalar que la llamada intención estratégica de China no es tan compleja e insondable como algunos piensan, como si ocultáramos algunos objetivos o ambiciones inconfesables. De hecho, la intención estratégica de China se puede definir en dos palabras: desarrollo pacífico, es decir, se busca la armonía y el desarrollo al interior del país mientras se procura la paz y cooperación en el extranjero. Esto es lo que pensamos y debemos hacer las generaciones actuales y futuras en un largo período de tiempo. Esta posición no la vamos a variar en 100 incluso en 1.000 años. En concreto, tenemos que materializar este objetivo por medios pacíficos, por la continua reforma y perfección de nuestro propio sistema, y por los arduos esfuerzos y la creatividad del pueblo chino, así como por la convivencia amistosa duradera y la cooperación de beneficio mutuo en pie de igualdad de todos los pueblos del mundo, con el propósito de liberar al pueblo chino, que representa una quinta parte de la población mundial, de la pobreza para llevar una mejor vida y convertir China en un país donde la gente vive feliz y trabaja en paz en una sociedad armoniosa caracterizada por la civilización en lo político, material y espiritual y el desarrollo armonioso entre el hombre y la naturaleza, siendo el miembro más responsable, civilizado y respetuoso con la ley y el orden de la comunidad internacional. En este proceso, es menester desarrollar el sistema político y la democracia socialistas a la luz de las condiciones nacionales de China. Al fin y al cabo, el pueblo chino ha sufrido lo suficiente de la pobreza y nuestra mayor intención estratégica no es otra que vivir una vida cada día mejor y cada año más próspera, en tanto que queremos lo mismo para los demás pueblos del mundo. El PCCh ha denominado este proceso como "desarrollo pacífico" y las formas y medios para materializarlo como "el camino de desarrollo pacífico". Se puede constatar que este camino ha sido solemnemente incorporado en el Informe del 17 º Congreso del Partido y reiterado en la propuesta para el 12º Plan Quinquenal adoptada en la última sesión plenaria del Comité Central del PCCh, poniendo de pleno manifiesto la sinceridad y determinación del PCCh de adherirse a la senda de desarrollo pacífico.

4. ¿Cómo se visualiza los logros del desarrollo de China?

Después de más de tres décadas de reforma y apertura, China ha logrado notables progresos en su desarrollo económico y social. En los últimos años en particular, el desarrollo de China ha atraído mayor atención internacional. Muchos piensan que China ya es un país desarrollado, al par de los Estados Unidos. Esta opinión explica por un lado que un país es plenamente capaz de materializar su desarrollo siguiendo el camino de desarrollo pacífico, lo que justifica la certeza de nuestra elección. Sin embargo, también muestra por el otro su falta de conocimiento global y profundo sobre la situación y el nivel de desarrollo de China. La realidad es que, por considerable que sea el PIB de China, todos los éxitos de desarrollo tienen que ser compartidos entre sus 1.300 millones de habitantes. El actual PIB per cápita de China es de tan solo 3.800 dólares estadounidenses, posicionándose aproximadamente en el 104º lugar en el ranking mundial, incluso por debajo de muchos países africanos. Según el estándar de un dólar estadounidense diario por persona adoptado por las Naciones Unidas, 150 millones de chinos aún viven por debajo del umbral de la pobreza. Incluso de acuerdo con la norma de pobreza de 1.200 yuanes anuales per cápita, más de 40 millones de chinos todavía se encuentran en la pobreza. Hoy en China, 10 millones de personas no tienen acceso a la electricidad y cada año hay que dar empleo a 24 millones de habitantes. No se ha cambiado en lo fundamental las realidades de China que consisten en una enorme población, una base económica precaria, el desequilibrio entre la ciudad y el campo y entre las regiones, la estructura industrial irrazonable y el subdesarrollo de la fuerza productiva. De todas formas, China, grande en lo demográfico y pequeño en lo económico, es un país en vías de desarrollo en el propio sentido del término. Los problemas económicos y sociales que enfrentamos son los mayores y más difíciles del mundo, por lo que no tenemos ninguna razón para estar engreídos y arrogantes. Queda un largo y arduo camino por recorrer para alcanzar un desarrollo sustancial de China y mejorar la vida de su pueblo, tarea que requiere esfuerzos incansables de varias generaciones e incluso a más largo plazo. Aun cuando el PIB per cápita de China se acerque al de los países occidentales, como Estados Unidos, Europa y Japón, la calidad de nuestra economía y vida seguirá muy por debajo de la de ellos.

Cabe señalar especialmente, que aun cuando China se vuelva más fuerte, seguirá siendo uno de los países en vías de desarrollo, con los que continuará cerrando filas de manera firme e invariable en aras de la unidad, la cooperación y el desarrollo común, lo que nunca varía aún con el desarrollo económico y el ascenso de la posición internacional de China, ya que ello viene determinado por las experiencias históricas compartidas, la amistad forjada en las luchas conjuntas, las tareas comunes de desarrollo y los mismos intereses estratégicos. China fue, es y será para siempre el amigo, hermano y socio más sincero y digno de confianza de los países en desarrollo. Aunque quedan espacios por perfeccionar y mejorar nuestras relaciones con los países en desarrollo, la cooperación entre China y ellos es abierta y honesta con base en la igualdad, el beneficio mutuo, la ganancia compartida y la amistad sincera y jamás se puede tildarla a China del llamado "neocolonialismo".

5. ¿Procurará China la hegemonía mundial con un mayor desarrollo?

Es innecesaria esta preocupación. Oponerse al hegemonismo está recogido tanto en la Constitución de China como en el Estatuto del PCCh, cosa que probablemente, ninguna otra potencia ni partido político en el mundo habría sido capaz de hacer hasta la fecha.

Históricamente, China no tiene la cultura ni la tradición expansionistas y hegemónicas. Nuestra tradición política y cultural milenaria valora la bondad y armonía como su núcleo, abogando por el valor de la armonía, la buena vecindad y la amistad con todos. Hace varios siglos, cuando estaba en el apogeo de su poderío, teniendo un PIB que representaba el 30% del total mundial, China tampoco practicaba el expansionismo ni la hegemonía. Lo que Zheng He, al frente de la flota más poderosa del mundo, llevó al ultramar en sus siete viajes eran porcelana, seda y té, en vez de sangre y fuego, saqueo y colonialismo. Lo que recibía Japón de la China regida por la próspera Dinastía Tang no fue amenaza sino prosperidad. La extensión territorial de China formada a raíz de la Dinastía Han del Oeste se ha conservado sin mayor cambio hasta nuestros días.

Desde la óptica actual, en la época de la globalización económica, un país puede materializar plenamente su revitalización por medio de la competencia y cooperación internacionales de forma equitativa, ordenada y mutuamente beneficiosa, sin la necesidad tampoco la posibilidad de retomar el viejo camino de desafiar el orden internacional u otros países. Las experiencias del ascenso y decadencia de las potencias del mundo nos han enseñado que la senda del expansionismo carece de toda viabilidad, la vía de la carrera armamentista es impracticable y la hegemonía conduce a un callejón sin salida, por lo que el desarrollo pacífico queda como el único camino acertado. Cuanto más se desarrolle China, mayores serán su necesidad de cooperación con los demás países del mundo y su aspiración por un entorno internacional pacífico y estable. Siendo un arma mágica de nuestros éxitos, el beneficio recíproco, la ganancia compartida y el desarrollo común son las experiencias más importantes y profundas de los más de 30 años de relaciones exteriores transcurridos a raíz de la reforma y apertura. Esta arma mágica la tenemos que agarrar con firmeza y no la abandonaremos de ninguna manera.

Desde el ángulo de nuestras políticas fundamentales, no buscar el liderazgo, no competir por la supremacía y no procurar la hegemonía constituyen la política fundamental del Estado y opción estratégica de China. La cuestión de si un país representa una amenaza al mundo depende esencialmente del tipo de políticas que aplica. Nos adherimos invariablemente a los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica, respetando el derecho de los pueblos de distintos países a elegir independientemente sus caminos de desarrollo, no practicando jamás la hegemonía ni buscando dominar el mundo. Tal como señaló el compañero Deng Xiaoping, si algún día China practicara la hegemonía mundial, los pueblos del mundo podrían denunciar, boicotear y derrotarla. La comunidad internacional puede supervisarnos al respecto.

La versión de que China quiere dominar el mundo reemplazando a los Estados Unidos no es más que un cuento. En el área política, nos centramos en la construcción del socialismo con particularidades chinas y respetamos el derecho de los pueblos de diversos países de elegir su propio sistema social y camino de desarrollo en vez de exportar los nuestros. En el terreno económico, nos dedicamos en cuerpo y alma al desarrollo propio y constatamos con satisfacción la continua prosperidad y desarrollo de los demás países en búsqueda del progreso común. En lo militar, no nos entregamos a la carrera armamentista y nuestra prioridad consiste en mejorar las condiciones del vestido, la alimentación, la vivienda y el transporte de los 1.300 millones de chinos, por lo que no podemos ni nos permitimos el lujo para derrochar un dineral en los gastos militares.

No buscamos la hegemonía ni la disputamos con otros países en nuestra región, rechazando la llamada hegemonía conjunta y la supuesta Doctrina Monroe. Nuestra política exterior del entorno busca la paz, seguridad y prosperidad con la vecindad. El punto de partida y la finalidad de la estrategia china en el Asia-Pacífico consisten en crear un entorno estable y favorable para nuestro propio desarrollo a fin de materializar el beneficio mutuo y la ganancia compartida con los países concernientes, con la disposición de ser para siempre buenos amigos, vecinos y socios de la ASEAN y todos los países asiáticos. Siendo abierta nuestra actitud hacia la cooperación regional y transparentes y benévolas nuestras intenciones, los acuerdos bilaterales y multilaterales firmados con los países asiáticos no contienen ninguna cláusula excluyente. Deseamos también que las acciones de los países concernientes en Asia no tengan como objetivo prevenir, contener y perjudicar a China y que lo que dicen y hacen a la puerta de nuestra casa y en la región donde hemos vivido durante miles de años sean igualmente transparentes y de buena fe. Uno se beneficiará si ve en el desarrollo de China una oportunidad y sabe aprovecharla. En cambio, si lleva todos los días sospechando de las intenciones estratégicas regional e internacional de China para ocuparse con buscar defectos y montar líos, perderá la preciosa oportunidad de cooperar con China. Las pretensiones de formar bloques contra China para contenerla, las prácticas de sembrar la discordia entre los países de la región y la realización de maniobras militares conjuntas en las aguas costeras de China reflejan la típica mentalidad de Guerra Fría, que siendo anacrónica e incapaz de impedir el progreso de China, sólo hará perder la oportunidad histórica de desarrollar la cooperación con ésta, por lo que está condenada al fracaso.

En el mundo, algunos citan una frase de China que reza "mantener un perfil bajo y hacer contribuciones oportunas" para especular que el anuncio de China de seguir el camino del desarrollo pacífico no es más que una cortina de humo para ocultar su intención real cuando todavía no tiene suficiente poderío. En realidad, se trata de una especulación infundada. Esta frase la dijo el compañero Deng Xiaoping a finales de los 80 y a principios de los 90 del siglo pasado para recordar que China debe preservar la humildad y la prudencia y abstenerse de ser el líder o el abanderado ni practicar el expansionismo y la hegemonía, lo cual concuerda con el pensamiento del camino del desarrollo pacífico.

En cuenta resumida, China, país de buena fe y con sentido de responsabilidad, respeta a los demás, pero jamás permite ser atropellada. Se esfuerza constantemente por desarrollar la democracia socialista a tenor de las propias realidades nacionales y valora, respeta y protege los derechos humanos. Pese a numerosas dificultades en su camino de avance, siempre mantiene una mente abierta, contra el anquilosamiento, persistiendo en la reforma y apertura y aprendiendo con modestia de los otros, en procura de la igualdad, convivencia armoniosa, beneficio recíproco, ganancia compartida y desarrollo común con el resto del mundo. Es un país que siguiendo el camino del desarrollo pacífico y manteniendo trato abierto, sincero y transparente con todos los países, inspira tranquilidad, certidumbre y confianza en sus relaciones con las demás naciones. Con respecto al desarrollo pacífico de China, la comunidad internacional debe dar la bienvenida en vez de tener el miedo, favorecer en lugar de obstruir y apoyar en vez de contener, al mismo tiempo de comprender y respetar los legítimos y razonables intereses y preocupaciones de China en su proceso de desarrollo pacífico.

6. ¿Cómo tratará una China en rápido desarrollo sus relaciones con otros países?

En China, un refrán reza que sacando arroz de la misma olla, es inevitable el choque entre la tapa, el tazón y la cuchara. Viviendo en la misma aldea global, es igualmente inevitable que surjan contradicciones y roces entre los países, lo cual no merece la pena armar un escándalo. La clave consiste en qué principios tenemos que seguir para tratar los problemas que aparecen: ¿ojo por ojo en cualquier roce pequeño, exagerar un problema insignificante o adoptar un método totalmente distinto? Aplicamos los siguientes principios fundamentales en el tratamiento de las relaciones internacionales, cuya validez ha sido comprobada a lo largo de las últimas décadas. Primero, persistir en el desarrollo de los vínculos con todos los países a la luz de los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica. Rechazamos las prácticas tales como la intervención en los asuntos internos y la amenaza y el uso de la fuerza, y no entramos en alianza con ningún otro país. Segundo, adherirnos a la estrategia de apertura basada en el beneficio mutuo y la ganancia compartida. No aplicaremos la política de tomar a los vecinos como sumidero, perjudicando sus intereses en beneficio propio. Valoramos, desarrollamos y defendemos los intereses comunes, realizando esfuerzos por hacer más grande y mejor la tarta de intereses comunes. Tercero, abogar por resolver las disputas y discrepancias por medio del diálogo y las consultas, buscando terrenos comunes y archivando las diferencias. En los últimos años, hemos realizado importantes esfuerzos en esta materia al establecer los mecanismos de diálogo estratégico y consultas con los Estados Unidos, Europa, Japón y algunos países emergentes para efectuar en profundidad intercambios de opiniones sobre los temas trascendentales de carácter global y largo plazo de la agenda internacional y bilateral, con el propósito de fomentar el entendimiento y la confianza mutuos, buscar consenso estratégico, ampliar intereses comunes y reducir líos y reveses. Con respecto a los problemas que no tienen soluciones a corto plazo, somos partidarios de dejarlos de lado temporalmente para tratarlos cuando se reúnan las condiciones y oportunidades. Unas cuestiones incluso las podemos dejar para las generaciones venideras.

Según algunos, el Gobierno chino nunca ha prometido renunciar al uso de la fuerza en la solución del problema de Taiwan y los gastos militares de China están creciendo de forma gradual, lo que se contradiría con el camino del desarrollo pacífico. A mi parecer, para escoger cualquier camino de desarrollo no se debe menoscabar los intereses trascendentales, sobre todo, los esenciales del Estado. ¿Cuáles son nuestros intereses esenciales? En mi opinión personal, primero, se trata del sistema estatal y político así como la estabilidad política de China, a saber, la dirección del PCCh, el sistema socialista y el camino del socialismo con particularidades chinas. En segundo lugar, es la seguridad, soberanía, integridad territorial y unidad nacional de China. En tercer lugar, se refiere a las garantías básicas para el desarrollo socio-económico sostenible de China. No se permite de manera alguna la violación ni perjuicio de estos intereses.

El tema de Taiwan atañe a la unidad e integridad territorial de China, a sus intereses esenciales así como al sentimiento nacional de 1.300 millones de chinos y todos los hombres y mujeres de la nación china. En la cuestión de Taiwan, nos atenemos a la orientación fundamental de la reunificación pacífica y "un país, dos sistemas", no permite de ninguna manera la separación de Taiwan de China ni se compromete a renunciar al uso de la fuerza, posición que no está dirigida contra los compatriotas taiwaneses sino principalmente contra una minoría de elementos secesionistas que persiguen la independencia de Taiwan. En los últimos años, se han logrado positivos e importantes avances en el desarrollo pacífico de los lazos entre ambas orillas del Estrecho de Taiwan, traducidos en la suscripción del Acuerdo Marco de la Cooperación Económica, que abre un horizonte aún más amplio para el desarrollo pacífico de las relaciones entre las dos riberas. Sin embargo, partiendo de la mentalidad de Guerra Fría y necesidades geopolíticas, ciertos países aún se obstinan en vender armas a Taiwan haciendo oídos sordos a la categórica oposición de la parte china. Estas acciones que traicionan los compromisos, desfavorecen el desarrollo pacífico de las relaciones interribereñas del Estrecho de Taiwan y van en contra de la corriente de la paz, la cooperación y el desarrollo de la región Asia-Pacífico deben ser corregidas lo antes posible.

China aplica una política de defensa nacional de carácter defensivo. El reforzamiento de la defensa nacional tiene como objetivo salvaguardar la soberanía nacional e integridad territorial, proteger la frontera terrestre de más de 22.000 kilómetros y el límite marítimo de 18.000 kilómetros, así como preservar un ambiente pacífico para nuestro desarrollo. Ello no surge como una necesidad de la carrera armamentista ni se destina a la conquista de la hegemonía y la expansión al exterior. En el extranjero, algunos están preocupados por la posibilidad de que China convierta su creciente poder económico en la fuerza militar, lo que es totalmente innecesario. En comparación con un buen número de países tales como Estados Unidos y Japón, China tiene unos gastos militares muy reducidos tanto en su monto total como en el nivel per cápita, de manera que no representa amenaza alguna para otros países. En cuanto a la supuesta transparencia, en el mundo no hay ningún país que sea absolutamente transparente en materia militar. No obstante, la transparencia militar de China viene aumentándose a lo largo de las últimas décadas y cabe mencionar especialmente que nuestra intención estratégica es más transparente que la de muchos otros países, que incluyen, entre otros, las principales potencias. Por ejemplo, hemos declarado abiertamente ante el mundo entero que nunca procuraremos la hegemonía, y además de comprometernos de forma pública a no recurrir primero al uso de las armas nucleares ni al uso de éstas o la amenaza con su uso contra los países sin estas armas. Si los demás países siguen nuestro ejemplo, aportarán sin lugar a dudas una relevante contribución a la paz, la estabilidad y el desarrollo del mundo.

7. ¿Cómo maneja China su creciente poder e influencia?

El objetivo del desarrollo de China se puede resumir en la siguente frase: construir una sociedad armoniosa en el plano nacional y promover la construcción de un mundo armonioso en el internacional. Ello significa que China se hace responsable primero de sus 1.300 millones de ciudadanos, al tiempo de asumir responsabilidad también ante los pueblos, la paz y el desarrollo del mundo, de forma que los resultados del desarrollo de China beneficien tanto a su propio pueblo como a la comunidad internacional. Hoy, algunas opiniones internacionales malinterpretan nuestra política de "entregarnos en cuerpo y alma a la construcción y concentrarnos en el desarrollo", considerando que China carece de la disposición de asumir las responsabilidades y cumplir las obligaciones internacionales. De hecho, desde el inicio de la reforma y apertura, el PCCh ha definido como una de sus tres tareas históricas la salvaguardia de la paz mundial y el fomento del desarrollo común, planteando en los últimos años la iniciativa de promover la construcción de un mundo armónico de paz duradera y prosperidad común, con una mayor atención y presencia en los asuntos internacionales y regionales. En primer lugar, China ha participado de manera activa en la respuesta conjunta a los problemas globales tales como la energía, la alimentación, el cambio climático, el terrorismo, los desastres naturales, las enfermedades infecciosas y la crisis financiera, así como en la solución de los problemas regionales candentes que incluyen entre ontros, las cuestiones nucleares de la Península Coreana y de Irán, el conflicto palestino-israelí y la cuestión de Darfur en Sudán. En segundo lugar, China ha tomado activa parte en la edificación del sistema internacional, en que China, participante responsable, es también una beneficiaria, constructora y contribuyente de dicho sistema. El sistema internacional en vigencia, sin alcanzar la perfección todavía, necesita ser actualizado mediante reforma y mejoras para volverse más justo y razonable. En adelante, China está dispuesta a desempeñar un papel más activo en este proceso, que incluye, entre otros elementos, el establecimiento y perfeccionamiento de las reglas internacionales, y continuar asumiendo las responsabilidades y obligaciones internacionales correspondientes a su poderío nacional. En tercer lugar, China toma activa parte en la promoción de la agenda de desarrollo. Por un lado, nos hemos centrado en nuestro propio desarrollo, que forma parte importante del desarrollo del mundo. En este sentido, un mayor desarrollo de China traerá mayores beneficios a todo el mundo. En los últimos años, la economía china ha contribuido en más del 10% al crecimiento económico mundial, y en más del 12% a la expansión del comercio internacional, con la creación de varias decenas de millones de oportunidades de empleo en países y regiones pertinentes. Por el otro, China, siendo no sólo un relevante participante sino también un importante promotor de la agenda de desarrollo global, está dispuesta a trabajar junto con otros países con el fin de impulsar los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU y fomentar la prosperidad y progreso del mundo.

8. ¿Qué relación guarda el camino de desarrollo pacífico con el socialismo con particularidades chinas?

Son como las dos caras de la misma moneda. Por un lado, el camino de desarrollo pacífico constituye la demanda intrínseca del socialismo con particularidades chinas. En el fondo, el camino de desarrollo de un país depende de la naturaleza de su sistema. La codicia innata de la sociedad capitalista y del capital determina que el ascenso de las potencias occidentales esté acompañado ineludiblemente de agresión y expansión a sangre y fuego. En cambio, como un país socialista, China persigue las metas fundamentales de prosperidad, justicia social, desarrollo y paz mundial. Durante un largo período histórico, China seguirá hallándose en la etapa primaria del socialismo, en la que la contradicción principal de la sociedad consiste en la brecha entre la creciente demanda material y cultural del pueblo y la atrasada producción social, hecho que determina no sólo la necesidad de tomar siempre el desarrollo como la tarea primordial del PCCh en la gobernación y revitalización del país y crear para ello un entorno internacional de paz y estabilidad duradera, sino también la realidad de que "el socialismo que estamos construyendo es el que desarrolla incesantemente la fuerza productiva y el que aboga por la paz" (Deng Xiaoping). Por el otro, el camino de desarrollo pacífico forma parte importante del socialismo con características chinas, que se materializa en todos los aspectos económico, político, cultural, social y ecológico, entre los cuales el vinculado con las relaciones exteriores lo denominamos el camino de desarrollo pacífico. En otras palabras, el camino de desarrollo pacífico constituye una manifestación concentrada de la naturaleza, características, contenido y vías fundamentales del socialismo con particularidades chinas en el campo de las relaciones exteriores. El mantener en alto la gran bandera del socialismo con características chinas en las relaciones exteriores nos exige enarbolar en alto la de paz, desarrollo y cooperación y seguir con firmeza el camino de desarrollo pacífico. Esta conclusión básica, que ha sacado nuestro Partido analizando la situación mundial y resumiendo las experiencias y lecciones de desarrollo tanto de China como de países extranjeros, constituye un relevante resultado alcanzado mediante nuestros constantes esfuerzos por promover la adaptación del marxismo a las realidades chinas y su actualización, y a la vez sirve de garantía fundamental para que China pueda materializar el desarrollo de modo científico en medio de las complejas y cambiantes circunstancias internacionales.

9. ¿Qué es la relación entre el camino de desarrollo pacífico y la construcción de un mundo armonioso?

El seguir el camino de desarrollo pacífico, una declaración de China ante el mundo sobre sus maneras de conseguir el desarrollo y la revitalización, constituye en esencia la opción del Partido sobre el camino y estrategia de desarrollo del país. Con promover la construcción de un mundo armonioso se da respuesta al interrogante de qué tipo de mundo y orden internacional China se apresta a construir, explicando en el fondo la posición y el código de conducta que nuestro Partido preconiza respecto al orden internacional. La adhesión al camino de desarrollo pacífico sirve de base y premisa para la construcción de un mundo armonioso, que surje como un colorario de aquélla. China aboga por la unidad orgánica entre los dos elementos, combinando al mismo tiempo el patriotismo y el internacionalismo. A través del camino de desarrollo pacífico, la población china, algo más de la quinta parte de la mundial, puede alcanzar una vida mejor, lo cual será una enorme contribución a toda la humanidad y volverá más armonioso al mundo con la existencia de China. China ha dejado en claro al mundo y subrayado en repetidas ocasiones su compromiso con el camino de desarrollo pacífico, hecho que además de poner de manifiesto nuestra sinceridad con el desarrollo pacífico, constituye también un llamado a más países para incorporarse a dicho camino. De hacerlo así, un mundo armonioso de paz duradera y prosperidad común ya no nos quedaría muy lejos. A su vez, una mayor armonía en el mundo haría más estable y despejado el camino de desarrollo pacífico que China sigue. En este sentido, la adhesión al camino de desarrollo pacífico y la construcción de un mundo armonioso se condicionan y fomentan la una a la otra, las que no se pueden separar en forma artificial.

10. ¿Será viable el camino de desarrollo pacífico de China?

Sí, será viable. Todo el mundo puede constatar que en los últimos 30 años, hemos quebrantado con nuestras propias prácticas la ley histórica de que las potencias en ascenso se lanzan inevitablemente al expolio, agresión y hegemonía, abriendo un flamante camino de desarrollo pacífico a través del trabajo laborioso, la sabiduría, la cooperación mutuamente beneficiosa y ganancia compartida en una era globalizada. El desarrollo de China en el lustro abarcado por el 11º Plan Quinquenal ha demostrado una vez más que el camino de desarrollo pacífico nos conducirá a un futuro brillante. Los últimos 5 años han sido testigo del constante reforzamiento del poderío integral nacional de China, del gran aumento de su posición e influencia en la arena internacional mediante una participación amplia y profunda en la cooperación internacional, así como de la profundización de las relaciones con otros países del mundo y la continua consecución de grandes éxitos en el trabajo diplomático. Durante este quinquenio, con la acertada conducción del Comité Central del PCCh y el Consejo de Estado, y en torno a nuestras tareas centrales, hemos aprovechado las oportunidades y desbaratado los desafíos, sirviendo a los intereses generales, y hemos asegurado de nuevo los intereses del país y registrado renovados avances del trabajo diplomático mediante la celebración de grandes eventos, superación de la crisis, fomento del desarrollo y construcción de una nueva imagen. La reunión sobre asuntos exteriores del Comité Central del PCCh, concluida con éxitos, destacó los cambios históricos ocurridos en las relaciones entre China y el resto del mundo, sobre la base de un conocimiento integrado y profundo respecto de la evolución y cambio de la situación interna y externa,planteando un conjunto de importantes estrategias diplomáticas tales como coordinar los intereses generales en lo interno y externo, seguir el camino de desarrollo pacífico, aplicar la estrategia de apertura basada en el beneficio mutuo y la ganancia compartida, y promover la construcción de un mundo armonioso de paz duradera y prosperidad común, las cuales orientarán el trabajo diplomático de China en la nueva era siguiendo el rumbo de desarrollo científico.

A lo largo de los últimos 5 años, venimos coordinando los intereses internos y externos y esforzándonos por crear un entorno internacional pacífico y condiciones externas favorables para la modernización del país, mediante el despliegue de las acciones diplomáticas en todas las direcciones. Impulsamos a pasos sólidos las relaciones con los países grandes, los vecinos y los en vías de desarrollo, logrando un desarrollo integral de la amistad y cooperación con todos los países del mundo. Desarrollamos activamente la diplomacia multilateral y de cumbres, mediante la cual los dirigentes del Partido y Estado han dejado en claro nuestras posiciones y políticas transcendentales en diversas ocasiones. Hemos participado activamente en la cooperación internacional para enfrentar la crisis financiera e impulsado el proceso de reforma del sistema económico internacional. Desempeñamos un papel especial y constructivo en las cuestiones globales tales como el enfrentamiento al cambio climático. Con la combinación de las estrategias de introducir al interior y salir al exterior, se ha realizado grandes esfuerzos por fomentar la cooperación económico-comercial internacional, contribuyendo de esta forma a la lucha contra la crisis, mantenimiento de estabilidad, promoción de desarrollo y transformación del modelo de desarrollo económico en el plano doméstico. Aprovechando la organización de importantes eventos tales como los Juegos Olímpicos de Beijing, el 60º aniversario de la proclamación de la nueva China, la Exposición Mundial de Shanghai y los Juegos Asiáticos de Guangzhou, reforzamos la diplomacia pública y el intercambio cultural para mostrar la imagen de China como un gran país caracterizado por la avanzada civilización, democracia, apertura, progreso y sentido de responsabilidad. Entablamos amplia amistad y la profundizamos en el plano internacional. Orientamos de manera activa la opinión pública internacional y promovemos la creciente profundización en la construcción del poder blando del país. Salvaguardamos la soberanía y seguridad estatales, asestando con firmeza golpes contra todo tipo de actividades separatistas y subversivas y realizando activamente la cooperación internacional en áreas de seguridad no tradicionales. Con apego a los principios de tomar a la persona como lo primordial y servir al pueblo con actividades diplomáticas, nos esforzamos por proteger los derechos legítimos de las empresas y ciudadanos chinos en el ultramar al llevar a cabo también cuantiosas tareas de rescate y mantenimiento de paz en el extranjero. A través del amplio despligue de la cooperación internacional, logramos ampliar la convergencia de intereses y promover el desarrollo común basado en beneficio mutuo y ganancia compartida con los demás países. Mediante diversas formas de diálogo estratégico y consultas políticas, logramos solucionar contradicciones y discrepancias, y aclarar dudas y malentendidos.

Los mismos hechos se han encargado de demostrar que al adaptarnos a la globalización económica con la reforma y apertura, profundizar de forma general la amistad y asociación con todos los países del mundo mediante el desarrollo pacífico y cooperación internacional, tratar adecuadamente las diversas contradicciones y fricciones, jugar un papel constructivo en los asuntos internacionales y promover la reforma del orden internacional para hacerlo más justo y razonable, somos plenamente capaces de abrir un camino de desarrollo pacífico acorde con la tendencia de nuestros tiempos, el cual será cada vez más ancho y promisorio.